Tormeta de ideas: Consiste en enumerar cuántas más, mejor; con la intención de resolver un problema planteado. © Boston 2010
Tormenta de ideas
Muchas veces he tomado el té con alguna que otra musa, pero quizá lo más interesante del proceso sea la tormenta de ideas que luego se genera. Un término muy utilizado en publicidad, pero en su versión cool: brainstorming. De todas las ideas, la mayoría irán a la papelera, pero es un buen ejercicio y si se hace entre varios, mejor. Consiste en enumerar cuántas más, mejor; con la intención de resolver un problema planteado. Para ello, no debemos temer la distorsión, ni la posiblilidad de que acabe metamorfoseando en algo completamente diferente u opuesto. Pues, de eso mismo se trata, de hallar la definitiva y mantener siempre la imaginación elástica, viva, orgánica.
Se pueden seguir unas pistas útiles para este proceso concreto:
Unas preguntas que pueden servirnos para poner orden dentro del caos, pueden ser:
Un cliente llega a la agencia de publicidad, donde le reciben dos creativos. Viene a presentar un producto innovador y revolucionario (inventado, e imaginario). Por supuesto, sus compañeros no tienen ni idea de lo que va a decir, y deben improvisar toda una campaña de publicidad, sobre la marcha. Será muy importante no contradecirse el uno al otro. Aunque todo suene a disparate, tendrán que convencer al cliente de que su producto es maravilloso, y en todo momento vendible. Además de la estrategia a seguir, y del marketing a medida.
La musa nos despide entre bostezos. Ha sido una tarde larga, y esperemos que productiva. Se ha oscurecido el día, sacamos el paraguas, y nos disponemos a volver a casa. Si alguna de nuestras ideas madura durante la noche, seguramente nos esperen largas horas delante de un ordenador, escribiendo y dialogando con nuestros nuevos amigos, los personajes.
© Eva Pallarés 2010
Tormenta de ideas
Muchas veces he tomado el té con alguna que otra musa, pero quizá lo más interesante del proceso sea la tormenta de ideas que luego se genera. Un término muy utilizado en publicidad, pero en su versión cool: brainstorming. De todas las ideas, la mayoría irán a la papelera, pero es un buen ejercicio y si se hace entre varios, mejor. Consiste en enumerar cuántas más, mejor; con la intención de resolver un problema planteado. Para ello, no debemos temer la distorsión, ni la posiblilidad de que acabe metamorfoseando en algo completamente diferente u opuesto. Pues, de eso mismo se trata, de hallar la definitiva y mantener siempre la imaginación elástica, viva, orgánica.
Se pueden seguir unas pistas útiles para este proceso concreto:
- Mente abierta y perceptiva: Escuchando a nuestros colaboradores, o si uno trabaja en absoluta soledad, atendiendo a nuestra propia intuición.
- Evitar la negación: No se trata de tirar por tierra la solución que plantea el compañero, o de buscar ideas contrapuestas porque sí. La clave está en añadir, sumar, colaborar en la búsqueda de un objetivo común. Así evitaremos el bloqueo, y la ofuscación.
- Improvisación: Jugar con la imaginación, y perder el miedo a la espontaneidad es una de las herramientas más útiles para avanzar sobre el folio en blanco.
Unas preguntas que pueden servirnos para poner orden dentro del caos, pueden ser:
- ¿Qué quiero contar? Clarificar y saber cual es el motivo principal por el que nos convertimos en narradores, o contadores de historias. Seguro que algún que otro tema nos llama más la atención, y nos apetecerá abordar por encima de los demás.
- ¿Cómo quiero contarlo? Responder a esta cuestión nos llevará al tono, género, y lenguaje del futuro guión.
- ¿Para quién o a quienes va dirigido? Tener en cuenta las características socioculturales, edad, entorno de nuestro público nos colocarán en un lugar objetivo y analítico para seguir el criterio más acertado a la hora de tomar cualquier tipo de decisión en los diferentes campos de la composición.
Un cliente llega a la agencia de publicidad, donde le reciben dos creativos. Viene a presentar un producto innovador y revolucionario (inventado, e imaginario). Por supuesto, sus compañeros no tienen ni idea de lo que va a decir, y deben improvisar toda una campaña de publicidad, sobre la marcha. Será muy importante no contradecirse el uno al otro. Aunque todo suene a disparate, tendrán que convencer al cliente de que su producto es maravilloso, y en todo momento vendible. Además de la estrategia a seguir, y del marketing a medida.
La musa nos despide entre bostezos. Ha sido una tarde larga, y esperemos que productiva. Se ha oscurecido el día, sacamos el paraguas, y nos disponemos a volver a casa. Si alguna de nuestras ideas madura durante la noche, seguramente nos esperen largas horas delante de un ordenador, escribiendo y dialogando con nuestros nuevos amigos, los personajes.
© Eva Pallarés 2010
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